Los negocios, las empresas, están llenos de historias. Todos. Si, el tuyo también, aunque sea pequeñito. Emociona a tus clientes, crea sensación de pertenencia en tus trabajadores y aléjate de tu competencia. Tu historia está ahí. Cuéntala.
Si lo piensas, hay historias relacionadas con tus clientes, pero también con tus proveeedores, tus trabajadores, tus colaboradores. Porque todos tienen su propia historia y tu negocio forma parte de ella. Pero además, también está la tuya. Los principios, difíciles y emocionantes, ir creciendo poco a poco, los éxitos y por qué no, también los fracasos.
Pero más allá de eso, el storytelling de tu negocio, es decir, la narración de tu historia, tu relato de marca, que se nutre de todas esas historias que han pasado y pasarán por tu empresa, es una herramienta muy útil. Una herramienta que puedes utilizar para vertebrar toda tu comunicación, tanto online como offline. Desde las publicaciones en tus redes sociales, pasando por el blog, hasta tu identidad corporativa, su personalidad y estilo, serán mucho más fáciles de definir y trabajar teniendo un storytelling solvente, bien estructurado e inspirador.
¿Qué es el storytelling?
El storytelling es la ciencia y el arte de contar historias. Ciencia, porque hay métodos y formas para crear un historia que funcione. Arte, porque una historia bien contada es un viaje directo hacia las emociones de una persona.
Carmine Gallo, un famoso ponente y storyteller estadounidense, dice que los humanos estamos programados para entender el mundo en forma de historias. Las historias nos permiten moldear algo caótico, confuso y a veces intimidante, como es la realidad que nos rodea. Y de esa manera entenderla.
Para encontrar los orígenes del storytelling tenemos que irnos al principio, a aquellos hombres de las cavernas que dejaban la huella de su mano sobre la pared de la cueva. Aquellos hombres que se reunían alrededor del fuego para contar historias. Porque compartir una historia crea vínculos, crea comunidad.
En ese sentido la verdad es que hemos evolucionado bastante poco, seguimos reuniéndonos para compartir una historia, en la oscuridad de una sala de cine o de un teatro. ¿Y cuáles son las palabras mágicas que harán silenciar y tranquilizar hasta al niño más movido? “Érase una vez…” Las personas estamos hechas para contar y escuchar historias.
7 ventajas de aplicar el storytelling a tu negocio.
Para tener un buen storytelling no es necesario inventarse una historia grandilocuente, en la que se produzcan grandes hazañas, el héroe acabe con el malo y se lleve a la chica. Ni siquiera hace falta un final feliz. A veces es suficiente una historia sencilla, que recoja la esencia de tu negocio, el por qué abres todos los días la puerta. Ese por qué y la pasión que conlleva, pueden ser más potentes para tu cliente que cualquier historia inventada que no tiene nada que ver, ni contigo, ni con tu negocio.
Una vez tengas tu storytelling claro y definido (he publicado sobre cómo encontrarlo y crearlo aquí y aquí ), aplicarlo en tu empresa es una estrategia que te puede ayudar en muchos sentidos:
Va a aportar coherencia a tu comunicación. Porque tu cliente tiene que encontrar el mismo tono, el mismo estilo, la misma personalidad cuando lee un tweet tuyo, que cuando entra por la puerta y le atienden. Esa coherencia en todos los puntos de contacto es fundamental para dar una imagen profesional.
Crea comunidad. Cuando compartes tu historia con un cliente y éste se siente identificado con ella, está alineado con ella, es la herramienta de fidelización más potente que te puedas imaginar. Porque pasas a formar parte de las cosas que le importan, que le interesan. Pasas a formar parte de su vida.
Genera emociones. Las personas no estamos hechas para recordar datos, cifras o características. Nuestros recuerdos están asociados a emociones. Y las emociones siempre están ligadas a historias. Probablemente no recuerdes lo que has comido hoy. Pero recordarás sin duda el menú de tu boda. Una buena historia puede conducir a emociones como la ternura o la alegría. Y si además eso está respaldado por una buena experiencia, el recuerdo será imborrable.
Aumenta tu confianza. Porque sabes cuál es el por qué de tu negocio. Sabes que lo que estás contando, con tus productos, tu forma de atender al cliente, tu comunicación, es verdad. Eres auténtico.
Refuerza tu reputación y tu credibilidad. No hay nada más letal para un negocio que crear una expectativa que luego no se va a cumplir. Porque al cliente lo puedes desengañar una vez. Pero nunca dos. Un storytelling solvente garantiza la coherencia entre lo que dices y lo que haces.
Te diferencia de la competencia. ¿Cuántos negocios como el tuyo hay? ¿Cuantos hay que tengan tu historia? Sólo tú. Tu storytelling te hace único, diferente. Hay un dicho en marketing, “O eres diferente o eres barato”. La gente quiere un buen producto, pero también una buena experiencia de compra, algo que contar el lunes en el trabajo a la hora del café. Pues dásela. Utiliza tu historia y crea algo nuevo.
Mejora el trabajo en equipo. Todo lo anterior redunda aquí. Porque esa coherencia de la que hablábamos se va a ver en todo: en los productos, en la atención, en el propio espacio. Y tu equipo se va a beneficiar de ello, porque saben que su trabajo tiene sentido, que hay un proyecto, una historia detrás y que ellos forman parte de ella. Y no hay como el sentimiento de pertenencia para generar vínculos de unión y compañerismo. Tu equipo trabajará mejor sabiendo que tienen una persona que los involucra en su historia y que además, les da un papel principal.
¿Cómo aplicar el storytelling a mi negocio? 5 estrategias que funcionan.
La principal y más importante estrategia a la hora de desarrollar tu storytelling, es ser consciente de que aunque la historia es la tuya, tú no eres el protagonista. El protagonista es tu cliente, es él quien debe estar en el centro de tu historia y reconocerse en ella. Aquello de “hey, somos geniales, cómprame y alucinarás” no funciona. Cámbialo por “hey, sabemos que eres genial, que te encanta la calidad y valoras el servicio y por eso nos compras, prepárate porque vas a alucinar”. Cambia la cosa, ¿eh?
Otra estrategia que funciona sí o sí es encontrar el mito relacionado con tu historia. Por ejemplo, un mito interesante es el del Santo Grial, lo inalcanzable, lo sagrado. Aplicado a tu negocio podría ser una edición limitada, una oferta o promoción con fecha de caducidad, o una serie especial de productos que se realiza con motivo de un aniversario.
También es muy interesante encontrar el espacio de conversación con tu cliente. No olvides nunca que él es el protagonista, hay que darle voz y que tenga la posibilidad de intervenir en tu relato. Tienes que ser permeable a sus sugerencias, a sus necesidades. Por ejemplo, si te comenta que le interesa un producto, o que necesita una solución que no encuentra, si tú le resuelves el problema, recordándole lo que hablasteis, te aseguro que sentirá que le has hecho un regalo. Lo va a recordar siempre. Y lo va a contar. No lo dudes.
Otra estrategia básica de tu storytelling es encontrar tu voz, tu estilo. A veces eso es muy difícil, temes no ser original, o serlo demasiado, o resultar soso, o demasiado atrevido. Es importante que tu tono de comunicación encaje perfectamente con tu relato. Puedes encontrar palabras que te distingan, hashtags, frases, que sean reveladoras de la personalidad del negocio y le confieran una entidad propia y original.
Es fundamental encontrar la VERDAD de tu historia. Es decir, tú tienes un negocio. ¿Porqué has querido construir tu proyecto? ¿Qué hay detrás? ¿Una historia familiar? ¿Una historia de superación? ¿Una historia de amor? Asociar tu historia a los grandes temas universales es una buena estrategia para crear empatía con tu cliente. Puede que no haya vivido exactamente la misma experiencia que tú, pero sí experimentado las mismas emociones. Si tener tu propia empresa era el sueño de tu vida y tras muchas vicisitudes lo has conseguido, seguro que tu cliente puede entender las noches en vela, el esfuerzo, la constancia, la pasión por una profesión que es tu vida.
Como ves, el storytelling te puede ayudar en muchos aspectos de tu negocio. Y si necesitas ayuda, ¡cuenta con tu amiga y vecina, la storyteller! Así que, ¿qué me dices?
¿Te animas a contar tu historia? Seguro que acabas comiendo perdices 🙂