¿Y qué es un copywriter?
Yo había empezado a contar los segundos en cuanto le dije a lo que me dedicaba. 1, 2, 3...
Me fijé en su corbata, azul claro con flamencos de color rosa. Qué cachondo, sonreí para mis adentros.
Él me miraba, primero sorprendido, luego curioso. La pregunta no tardó mucho en llegar. Tenía preparada la respuesta.
Escribo textos para que mis clientes vendan.
¿Eres comercial?
No, soy escritora. De textos. Para vender.
Aaah... ¿Como folletos y eso?
Más o menos.
¿Y qué más escribes?
Pues escribo los contenidos para páginas web, artículos para blogs, páginas de ventas, fichas de producto...
Siguió mirándome durante unos segundos decidiendo si valía la pena continuar las pesquisas. Sus dedos tamborileaban en la mesa. Y debió darme por perdida, porque giró la cabeza y se concentró en la pantalla de su ordenador.
Pues no me sale nada con esa categoría, ¿te va bien si te pongo marketing y publicidad?
Sin problema.
Perfecto. Pues ya tienes la cuenta abierta. Enséñame la pasta.
Nah, esto último no lo dijo. Pero hubiera sido un puntazo, ¿eh?
Me llamo Sandra Sanjuan y soy copywriter.
No, no soy fumadora empedernida, ni me zasco vasos de whisky desde primera hora de la mañana. Cuánto daño ha hecho Mad Men, señor...
Tampoco soy la que está con el portátil, el pozal de café y una cookie a medio comer en el Starbuck´s. (Bueno, alguna vez sí, pero yo soy la del frappuccino).
Tampoco soy la freelance que escribe en el aeropuerto, entre vuelo y vuelo, con pantalones negros, Adidas y unas gafas de sol de Gucci sujetándole la melena ondulada.
Y desde luego no soy una copy franquicia, ni un copy emporio, ni una copy escuela, ni una copy agencia.
No. Yo solo soy una copy que adora escribir, adicta a Spotify, el cine en blanco y negro y los ositos de oro de Haribo.